Eh..¿Te conozco? Porque me resultas familiar...[Clary]

Y otra vez mi padre me había dejado solo en casa. Y otra vez en Pandemónium. ¿Qué hacía yo en este lugar lleno de adolescentes descontrolados que escuchaban música tecno a un volumen increíblemente alto que te perforaba los tímpanos? No tenía una respuesta, más que empezar a hablar de que odiaba que me dejaran solo especialmente un fin de semana en la noche, realmente era un aburrimiento quedarme en casa donde lo único que tenía para hacer era jugar al Pictionary solo o escuchar música. Porque ni siquiera era un adolescente "normal", no tenía una Play Station con la cual entretenerme. Al parecer mi padre había olvidado ese pequeño detalle para llevar la vida normal que él quería que llevase.

Entonces me había ido a Pandemónium, vistiendo unos jeans con mis Converse negras, más una de esas camisas a cuadros roja que siempre usaba en ocasiones especiales aunque de especial esta no tenía nada. En uno de los bolsillos estaba la estela de mi madre, esa que llevaba a todos lados por si las moscas. Me encontraba entado en esas sillas de la barra, con un vaso de Fernet con Coca Cola en la mano y mirando a todos los demás divirtiéndose, o en algunos casos besándose mientras hacían algo que ellos llamaban bailar. Giré a la barra y miré al chico que servía mientras le pagaba para que me sirva más de la sustancia que estaba bebiendo. Empecé a mirar a todas las personas que estaban allí en la barra, todos más o menos de mi edad pero sin tener la más mínima idea de que yo era totalmente distinto a ellos. Entonces mi mirada se trabó con una pelirroja, me quedé mirándola fijamente sin darme cuenta de que lo hacía sin disimular y podría incomodarla.

-¿Te conozco?-le pregunté así de una-Siento que te conozco de algún sitio, como si te hubiera visto antes.

Miré al chico cuando me sirvió la bebida y me dio el vuelto de lo que había pagado. Giré la mirada a la chica mientras tomaba un sorbo del Fernet con Coca Cola del vaso ultra gigante que tenía en mi mano, le sonreí cuando terminé de tragar. -Soy Christopher, pero dime Chris. Un placer.

La observé de arriba a abajo, aunque no sabía muy bien qué era porque a simple vista no se distinguía a muchos, al menos yo no lo hacía. Un escalofrío me recorrió la espalda al pensar que capaz que era una vampira neófita, ya que yo les tenía un secreto pánico a esas criaturas horribles, pero descarté esa loca idea al darme cuenta de que parecía muy inofensiva para serlo.

Pero mi mirada paró en su hombro, donde claramente se le veía una runa marcada hace algunos días seguramente. Sonreí de lado y suspiré aliviado, era una de los nuestros. -Eh...Eres una Nefilim ¿cierto?-dije acercándome más para no gritar y para que la gente que escuchara no piense que estemos locos. -Yo también-respondí y disimuladamente me levanté la manga de la camiseta y le mostré las viejas marcas de las runas que me había marcado con la estela.

Asentí con la cabeza y bebí hasta el fondo de mi bebida. Se mostró un poco sorprendida cuando fui tan directo al preguntarle por su naturaleza. A veces mi padre tenía razón cuando me decía que debía ser más discreto y preguntar esas cosas con suavidad ¿qué tal si algún día me confundía y le preguntaba a un simple humano si era uno de los nuestros y el tipo pensaba que yo estaba loco?

Luego de mostrarle mis marcas, me subí rápidamente la manga de la camiseta para taparlas. Mi padre decía que esas cosas se las tenía que llevar con orgullo, pero yo no lo veía muy así. -Pareces pequeña para ser una...ya sabes...Sin ofender-le dije y luego le pregunté-¿Qué edad tienes?

Negué con la cabeza al escuchar su pregunta. -No, hoy me tomé un descanso. Esas criaturas malditas están por todas partes últimamente-bromeé y le sonreí. -La última vez que fui a cazar terminé con muchos golpes.