¿Cuanto duró lo que creías eterno? [Narcissa]

"Todos los engaños llegan a su fin" pensé antes de saltar desde una barcaza de medidas extravagantes para caer justo encima del demonio. El muy estúpido había pensado que lo había perdido de vista sólo porque él me había perdido de vista a mi. El no ver lo que en verdad sucede no implica que el resto esté en la misma situación.
Clavé la daga en su frente aprovechándome de su descuido y la moví, desfigurando su rostro. En el momento en que aquel fluído plateado comenzaba a esparcirse se me ocurrió preguntarme, ¿qué harían los mundanos si supieran lo que los rodeaba?
Quité de un tirón la daga y vino una respuesta a mi mente, aumentarían las tasas de suicidios o habría más proyectos de héroes en los cementerios. O quizás abrieran un grupo en Facebook para hacerse amigos del bendito Glamour que por años los había mantenido en la ignorancia. Sí.. eso era lo más típico de ellos.

Con una sonrisa torcida por aquella idea me puse a limpiar la daga mientras me deshacía del Glamour, ya no lo necesitaba para mi. Estar todo el tiempo como invisible hacía que me sintiera como un espectro de esos de los que yo me encargaba.

Y como receta perfecta para borrar la sonrisa que se había dibujado en mi rostro, el viento trajo consigo un mal presagio. Reconocí aquel aroma que en algún maldito tiempo atrás tanto me había gustado.
Levanté la vista y oí unos pasos a mis espaldas. Definitivamente era ella. No podía odiarla, no tenía intenciones de sentir algo tan fuerte por ella.
- Tu - me limité a soltar ocultando la mezcla de desagrado y algo más que me producía. Guardé la daga y me volteé, acomodándome la camisa, la cual continuaba impecable aún después del pequeño encuentro. "Todos los engaños llegan a su fin", volví a pensar para mi, y esbocé una sonrisa insolente.

El sol acababa de caer.Los mundanos volvían a casa.Los submundos salían.Asi eran las cosas desde tiempos inmemoriables.Todo habría sido perfecto sin los nefilim que como siempre,estaban allí para estorbar y entorpecer los negocios de los submundos,o al menos, eso pensaba Narcissa.Justo de hacer negocios venía, concretamente, con un hombre lobo llamado Andrew que era dado a las pócimas de Narcissa.Un chico bastante estúpido la verdad, apenas sabía en lo que se metía,pero mejor,mas dinero para ella.

Desde aquel callejón oscuro apenas atinó a ver la cara del joven que pateaba a aquel demonio.A la bruja apenas le iba ni le venía la lucha entre los guerreritos ángeles y los demonios, quizá, alguno de ellos haría a su padre pagar por lo que le había hecho a su madre pero el era un demonio mayor, era tan poco probable.

Cuando el joven se dió la vuelta pudo ver que se trataba de Logan Trueblood, aquel nefilim ingenuo que una vez engatusó.Se acercó con pasos ceremoniosos mientras sus pasos resonaban en la oscuridad de la noche.Escucho la única palabra proferida por Trueblood y sonrió de lado con sorna -Yo-Se le acercó y dió una vuelta entera alrededor suya para después dar un golpecito sin fuerza en el mentón del chico -¿Qué te trae por aquí niño ángel?-dijo bastante sobrada de si misma.

Comenzó a dar vueltas a mi alrededor con ese paso artificioso típico de ella. Rodé los ojos con impaciencia mientras lo hacía, no se preocupaba ni un poco por ocultar su arrogancia. Esperé a que acabara con las manos en los bolsillos y una postura relajada. Odiaba que me llamara de esa forma, y tenía unos cuantos apodos para ella, pero prefería que quedaran para mi por el momento.

- Vine por ti - comencé y cambié mi expresión por una mucho más socarrona. La observé fijamente por unos instantes y continué, mientras me cruzaba de brazos - siempre me sentí tan atraído por esa colita tuya secreta.. - respondí con sarcasmo.
- ¿Y qué tal tu? - pregunté procurando sonar desinteresado.