Prometo no morderte...(?) (Jace)

Viernes por la noche. Las noches del fin de semana eran cuando el Pandemónium estaba más lleno de mundanos, algo muy importante para mí si tenía intenciones de almorzar. Algo más importante era el tipo de ropa que ocuparía, pues eso llamaba mucho la atención, no sólo de los mundanos, sino que de todas las razas. En mi habitación me vestí con unos shorts oscuros, una camiseta ajustada color rojo sangre, unas botas oscuras y mi cazadora de cuero negra. Me maquillé con tonos suaves, para que no abrumaran mi cara.

Salí de mi habitación, cruzando los pasillos repletos de vampiros. No me era de lo más agradable estar en ese lugar, tan sucio y repugnante, pero si quería vivir entre los míos, ese era el lugar indicado. Crucé la puerta fuera del hotel en cuanto el sol cayó, caminando por las calles con mi atuendo, que a mucho de los mundanos les habría dado frío utilizar, pero yo ya no sentía frío; lo cual me encantaba.

Al llegar a las afueras del Pandemónium, no me tomé el tiempo de hacer la fila, algo que hizo que muchos mundis me miraran feo. Apenas me vio el guardia de la entrada, sacó la cuerda de mi camino y me dejó pasar. Ingresé al lugar, introduciéndome a un lugar con música que casi reventaba los oídos, un calor casi abrumador y personas por todas partes. No sabía como me gustaba venir a un lugar como este, simplemente me gustaba.

Apenas se puso una canción que me gustaba me dirigí a la pista de baile. Un mundano estaba conversando con una chica mundi, que parecía tener su misma edad, quizás unos diecisiete años. Tomé al mundano del brazo y lo llevé hasta el centro de la pista, para comenzara a bailar con él. Sorprendido, se empezó a mover con pasos demasiado tiesos, por lo que no demoré mucho en aburrirme de él. Me alejé de la pista de baile, para ir a la barra.

-Una cerveza, por favor- le pedí al barman, con mi típico acento ruso.